México, 29 Abr (Notimex).- Entre los problemas generados por las estructuras laborales en México al fomentar pobreza y desigualdad, está el debilitamiento de las estructuras sindicales y el incremento de sistemas de simulación laboral, de manera preponderante, una forma de outsourcing “tramposo”.
El coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, Rogelio Gómez Hermosillo, advirtió lo anterior al dar a conocer los resultados del estudio del Observatorio Trabajo Digno que detalla que 87 por ciento de los mexicanos no tienen una afiliación sindical.
Dicho porcentaje equivale a cerca de 29.5 millones de personas que no han accedido al derecho a formar y participar libremente en una organización sindical, norma que se viola sistemáticamente en México de múltiples maneras, agregó en conferencia de prensa.
Por lo que la mayoría de las personas trabajadoras para un patrón carecen de afiliación sindical, o al menos desconoce si existe un sindicato en su trabajo.
A lo que se agrega que cuando sí hay sindicato, la mayoría son controlados por líderes que actúan a espaldas de los trabajadores y no son electos de manera libre y democrática, ya que en ocasiones son controlados por los patrones que generan sindicatos “de protección” para controlar a los trabajadores.
El 42 por ciento de los trabajadores en México están en la informalidad y sin seguridad social, y 51 por ciento trabaja sin un contrato estable ya que en ocasiones no tienen un contrato escrito o su contrato solo es temporal.
El punto de partida del Observatorio Trabajo Digno es el derecho a la afiliación sindical de las personas que trabajan y que tengan derecho de voz y voto sobre sus dirigentes sindicales, lo cual es un derecho humano.
Reconoció que uno de los problemas que enfrenta México es que hay una mala imagen del sindicalismo en México, lo que favorece que hoy pocos mexicanos recurran a un sindicato.
Gómez Hermosillo dijo que a esto se suma también el problema generado por el outsourcing que, a su parecer, se tiene que regular “porque en una economía actual, las empresas no pueden ser todólogas”.
Se ha abusado de este esquema, y se ha incurrido en un “outsourcing tramposo”, en el que las empresas contratan a otras empresas que a su vez contratan a sus trabajadores en peores condiciones laborales, sin seguridad social, pagando menos y con contratos temporales.
“Esa es una forma de outsourcing ilegal y es una de las fábricas de pobreza, porque reduce egresos y quita seguridad social”, por lo que es indispensable que en México el outsourcing se regule para evitar las malas prácticas en que puede derivar este sistema de contratación.
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