www.capitaledomex.com.mx

Niños, carne de cañón para crimen organizado

w-full h-auto eagerload wp-post-image
 

Marginación y pobreza generan en el sector escasas expectativas de vida y facilitan a la delincuencia procesos para captarlos como halcones


La sensación de inseguridad que perciben los ciudadanos en el municipio de Ecatepec es tal, que la misma juventud está inmersa en su desarrollo, por la facilidad que implica para las organizaciones delictivas el sumar adolescentes a sus filas.
Lo anterior, fue parte de una de las reflexiones que se revelaron al presentar el estudio elaborado por la Organización Cauce Ciudadano y la Universidad de Stanford, donde a través del documento se dio a conocer que en México, las principales víctimas de la violencia son los jóvenes, pues la gran mayoría de los homicidios en el país son de jóvenes entre los 12 y 29 años.
Dicho estudio tomo relevancia para Ecatepec, ya que es considerado como el municipio más violento del Estado de México, en este programa se aplicó una encuesta a mil 387 estudiantes de secundaria, de los cuales 71 por ciento comentó que en su colonia diariamente se cometen asaltos y robos, 69 por ciento ha escuchado disparos, 26 por ciento ha sido víctima de un asalto y a 12 por ciento le han ofrecido trabajar en la delincuencia y 20 por ciento refirió haber sufrido la pérdida de un amigo en un acto violento.
“Al menos, 12 por ciento de los adolescentes en Ecatepec han recibido ofrecimientos para adherirse a las filas del crimen organizado que impera en la entidad, 15 por ciento de estos jóvenes perdió un familiar en un hecho violento y 21 por ciento del total padeció la desaparición de una persona cercana” comentaron los integrantes de la organización Cauce Ciudadano, durante la presentación del documento denominado “Reflexiones sobre la victimización de las juventudes en Ecatepec de Morelos”.
El investigador Miguel Agustín destacó que los jóvenes, no solo viven los estragos de la delincuencia, sino también la omisión del estado para ofrecerles oportunidades, donde si bien la existencia de factores de riesgo no implica que los y las jóvenes estén condenados a ser víctimas de la violencia, la tendencia a tener un comportamiento violento y/o realizar actos delictivos aumenta significativamente la probabilidad de recibir una oferta de trabajo por parte del narco.
En este sentido, comentó que en las zonas “calientes” del municipio se acentúa la omisión de las autoridades “lo que estamos encontrando es qué hay una omisión por parte del estado mexicano en atender la problemática de las y los niños involucrados en el crimen organizado”.
El informe realizado en conjunto con la Universidad de Stanford, detalla también los tipos de violencia directa padecidos por este sector poblacional, en donde 26 por ciento ha sido víctima de un asalto; 15 por ciento refirió estar o haber estado en peligro de muerte; y 11 por ciento sufrió amenazas.
Asimismo, señaló que el peor error en las políticas de prevención social han sido trabajar a partir de factores de riesgo como tráfico de drogas o de armas, en lugar de apostarle a prevenir conflictos sociales como el involucramiento de los jóvenes con cárteles del narcotráfico, donde parte importante para repeler esta cuestión, radica en las relaciones familiares o de amistad de los adolescentes.