La “lombricultura mexiquense” es una opción para fertilizar suelos a través de los desechos de la comida y generar ingresos, así lo informó Daniel Zamora, técnico agrónomo de la Universidad de Chapingo y además, especialista en lombricomposta.
La separación de la basura y el reciclado son temas que a lo largo de los años le han dado importancia a productos como el plástico, el vidrio y el unicel, que si bien su buen manejo es imperante en la naturaleza, también lo es el desecho de la comida.
En entrevista con CAPITALMEDIA, Daniel Zamora, técnico agrónomo de la Universidad de Chapingo, expuso que “al igual que se concientiza para desechar la basura inorgánica de manera adecuada se debe de concientizar para desechar, también de manera adecuada, la basura orgánica, que son los desechos de alimentos”.
Recordó que en países de Europa, como Alemania, se incentiva, a través de estímulos económicos, a la población para separar la basura, “los pobladores van a máquinas especiales, echan sus botellas de plástico y éstas les devuelven dinero, algo similar se debería de implementar aquí, porque la basura puede generar ingresos”.
El técnico agrónomo explicó que los desechos de alimentos, además de generar un ingreso económico, crea una sana alimentación ajena a químicos.
“Los desechos vegetales y de frutas se pueden ocupar para generar lombricomposta, la cual se vende a los campesinos y ellos a su vez la ocupan en sus sembradíos, dejando a un lado parte de las compostas químicas, entonces se obtienen, también, mejores sembradíos”.
“Además de eso, la lombricomposta la pueden aprender a hacer los propios campesinos y así volverse autosustentable que es lo que estamos buscando, que ellos mismos creen sus propios recursos para generar mayores ingresos y el campo se fortalezca en todos los aspectos”, enfatizó el especialista de Chapingo en lombricomposta.
Zamora reconoció que “el costo de la lombricomposta, en comparación con las compostas industriales es más barata, pero tarda más tiempo en reaccionar que una composta química; sin embargo, la lombricomposta no daña los suelos, los nutre y fortalece”.