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Indigna explotación del Cerro del Tenayo

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Los ejidatarios presentaron los permisos a Profepa


Sigue la disputa de cerros del oriente de la entidad, entre grupos que se acreditan la propiedad de los recursos naturales y asociaciones supuestas defensoras de patrimonios; en el municipio de Tlalmanalco, en el cerro del Tenayo, es visible su explotación, lo que causa indignación entre los pobladores que anuncian marchas para detener su extinción.
Ante esta inconformidad, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizó la inspección de los trabajos de extracción de materiales pétreos, que realiza la empresa Prominet en la mina del cerro del Tenayo, que es característico de este municipio.
La administración de la empresa Productores Mineros el Tenayo Tlalmanalco, conformada por más de 170 ejidatarios, informó que durante la visita de los inspectores federales fueron presentados los permisos que acreditan la correcta explotación de la mina.
Explicaron que la Profepa les solicitó la autorización del cambio de uso de suelo para la explotación del cerro, mismo que está en trámite y se encuentran a la espera de que la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México, responda.
Aseguraron que el ejido y la empresa encargada de la explotación buscan realizar la extracción de los minerales del cerro del Tenayo, que es propiedad del ejido de Tlalmanalco desde 1934, de una forma sustentable y amable con el medio ambiente.
Es por ello que ya iniciaron los trabajos de restauración de la flora, con la plantación de 700 árboles y el relleno de socavones provocados por la explotación inmoderada de la mina en años anteriores.
Por su parte, el presidente del consejo de administración de la empresa Prominet, José María Alfaro Reyes, informó que derivado de las peticiones de algunos ciudadanos para proteger el patrimonio histórico de la localidad, la empresa solicitó una investigación a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para determinar si existe algún sitio arqueológico en la zona de explotación que se pueda dañar con las obras.