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Arte mexicano en piñatas

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Catrinas, versión del arte de la señora Payares, desde hace 35 años


Catrinas, catrines y cabezas de calaca gigantes y pequeñas son parte de las piñatas que elabora la señora Dioselina, mejor conocida como La Diosa de las Piñatas, quien pertenece a la familia pionera de estas obras de arte, Los Payares, residentes de Cuautitlán México.
Los Payares llevan 35 años poniendo el arte popular mexicano en manos de miles de personas, tanto nacionales como extranjeros, a través de sus piñatas y este año no fue la excepción.
Las catrinas tienen un costo desde los 200 pesos hasta los 500, dependiendo del tamaño, y su elaboración, la cual lleva un proceso de 20 días, desde el momento que se hace la mezcla entre el periódico y el engrudo, el cual dura de ocho a diez días en secarse, hasta que se lleva a cabo el molde, diseño, detalles, vestido y pintura de la catrina, que dura otros ocho o diez días.
En entrevista para CAPITALMEDIA, Jorge, hijo de La Diosa de las Piñatas, platicó que “es un gran proceso, lo malo que la gente a veces no lo valora porque piensa que es rápido, luego nos quieren pedir pedidos en tres días porque no son conscientes de que esto es arte”, enfatizó.
Sin embargo, ese no es el único problema al que se enfrentan, el “regateo” sigue siendo una de las discusiones comunes, “se nos hace injusto, porque el producto que damos es de calidad y cada uno es único, cada uno tiene sus detalles y yo me pregunto si cuando van a las grandes tiendas departamentales a poco le dicen a la vendedora cuánto es lo menos por el vestido, no verdad, entonces por qué a nosotros sí nos piden precios más bajos”.
En la actualidad, sólo cuentan con un local, pero buscan llevar sus creaciones a más partes de la república; sin embargo, esa opción es complicada, “el costo es elevado para poder movernos, pero estamos haciendo un trato con un señor de Chihuahua a quien le damos la piñata sin pintar, en obra gris, se la mandamos por paquetería y ya él la pinta y la vende a sus costos, hasta el momento es lo único que hacemos para distribuirla a otros lugares”.
Jorge y La Diosa de las Piñatas compartieron que es tanto el corazón que entregan en cada obra que nunca quisieran ver cuando las rompen, “eso ya no nos toca ver y espero nunca lo veamos porque en ocasiones hasta ni la quiero vender”.