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Deben morosos hasta la camisa

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Miles de mexicanos viven endeudados; pagan intereses por adquirir enseres domésticos, artículos de primera necesidad y hasta comida


Contratar un crédito en una tienda departamental o en sus propios bancos no suelen brindar buenas condiciones, pero es la forma en cómo las personas pueden acceder al financiamiento de un bien mueble o a un recurso económico para solventar algún imprevisto, señalan especialistas en finanzas y economía.
Las mueblerías que daban a crédito un televisor o estufa perdieron terreno ante tiendas departamentales, las cuales ofrecen a sus clientes hacerse de un bien, a través de sus propios sistemas financieros, convertidos en bancos que se ubican al interior de dichos establecimientos, cuyas tasas de financiamiento son de hasta 65 por ciento, que duplican o triplican el valor del producto.
Abraham Vergara Contreras, licenciado en Administración con especialidad en Finanzas por el ITAM, y maestro en Finanzas por el Tecnológico de Monterrey, indicó que normalmente la gente que contrata un financiamiento por un  bien en esos establecimientos, y termina pagando por lo general tres veces el valor de un producto.
“Si realmente el bien no lo requiero, porque ya tengo una pantalla y lo único que quiero es la más nueva, ahí te va a pegar en tu bolsillo; si el crédito lo quiero para cubrir algo que realmente se necesita, también te va a pegar en tu bolsillo, pero la utilidad del bien, te dará un mayor valor de lo que se tendría, que por ejemplo estar pagando composturas”, describió Vergara Contreras.
Indicó que se debe tener cuidado “con la letras chiquitas” de este tipo de contratos, ya que son de los financiamientos más caros, por ello las personas deben revisar si obtienen una deuda superior al 30 por ciento de sus ingresos netos, se le considera que se encuentra sobreendeudada.
Obtener un crédito no implica que las personas tengan más dinero, sino lo que están haciendo es posponer el uso de su dinero en efectivo; “No es que tengas 20 pesos y te dieron un crédito de 20 y ahora tengas 40, lo que sigues teniendo son 20 pesos, lo único que haces es posponer el pago”. Lamentó en el país no hay una educación financiera y las personas no se saben medir al gastar. “Si el gasto lo pudiéramos hacer de la forma más presupuestada, de manera anual, checando cuáles son los ingresos y cuáles son los gastos, ayudaría mucho en el manejo de las finanzas personales”, describió el especialista.
Por su parte, David Ortega Pineda, maestro en Economía y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que las personas están dispuestas a adquirir un crédito con tasas muy altas, con la intención de acceder a los productos de manera inmediata.
“Son pocas las posibilidades de una persona de bajos recursos tener financiamiento, hay algo irónico dentro las finanzas, ya que para solicitar financiamiento, necesito demostrar que no lo necesito”, explicó.
Este sector de la población se ha convertido en un nicho de mercado para las empresas departamentales, ya que quienes necesitan financiamiento no tienen muchas opciones.
“Las personas de escasos recursos tienen un poco más de temor a las instituciones al momento de pagar y las instituciones lo saben y pueden estar negociando”, explicó el especialista de la UNAM, quien señaló que para el consumidor es la opción menos peor para  adquirir un bien.