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Circunstancias obligan a clérigos a no ser pasivos

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Ante la propuesta del obispo Salvador Rangel, de buscar la paz a través de la mediación con grupos criminales, se radicalizan posturas


Los hechos y circunstancias de las comunidades donde están inmersos los clérigos, los obligan a no ser pasivos, por eso el diálogo con grupos criminales que propuso el obispo de Chilpancingo, podría ser una alternativa, indica Cecilia Godínez Vázquez, antropóloga y académica del área de Ciencias Sociales, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la UNAM.
La especialista señala que las declaraciones vertidas por el obispo Salvador Rangel, de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, es hasta cierto punto normal, “difícilmente un sacerdote podría hacer como que no pasa nada, si a cada rato celebra sepelios por personas desmembradas”, señaló la especialista, quien refiere que esa situación los orilla a no ser tan pasivos.
En regiones como Taxco,  donde fueron asesinados dos sacerdotes, a manos de un supuesto grupo criminal del Estado de México, como lo dieron a conocer autoridades de Guerrero, Godínez Vázquez señala que son lugares donde la iglesia no suele ser tan apática.
El clero explica la investigadora, es distinto en cada región del país y ante acciones, como las declaraciones expresadas por el obispo de Chilpancingo-Chilapa, que no son prototípicas de un representante de la iglesia católica, es algo que sorprende.
Los sacerdotes que se encuentran en comunidades, donde lidian con tantas problemáticas, tienen que aplicar acciones, desde su trinchera, para palear, lo que viven y padecen en su entorno inmediato.
Acción desesperada
Clérigos y otros sectores de la población, ha exigido acciones alternativas para terminar con la inseguridad que se vive en todas las regiones del país, así lo señaló Christian Roberto Salazar Montiel, quien es maestro en Estudios Sociales por la UAM Iztapalapa y licenciado en Ciencias Políticas por la FES Acatlán, de la UNAM.
A raíz del asesinato de dos sacerdotes en Taxco, Guerrero, Monseñor Rangel ha dicho que en la medida de sus posibilidades ha invitado a quienes participan en estas actividades a que no delincan y ha dicho que prefiere estar cerca de ellos, que ser su enemigo.
Para Salazar Montiel, las declaraciones vertidas por el obispo de Chilpancingo-Chilapa se deben a la preocupación que existe en la sociedad, por lograr un mecanismo que garantice la paz.
“Los niveles de seguridad ya están rebasando todos los cuerpos e instituciones de seguridad, que no es una novedad, pero que ya ponen en riesgo a cualquier sector de la sociedad”, describió.
El pronunciamiento realizado por monseñor Rangel, lo califica el investigador, como un acto de desesperación.
“Lo dicho por el obispo, no se puede calificar como un activismo mayor de la iglesia católica, sino es una reacción”, enfatizó.