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Rebozo cubre el mundo

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Este textil se utilizó como un ícono, una imagen de la mexicanidad durante la época de la Colonia


Producto derivado del mestizaje posterior a la Conquista, el rebozo se utilizó como estandarte, como una imagen de la mexicanidad durante la Colonia, además de ser el textil más conocido de México en el mundo, incluso por encima del traje de charro o el sarape.
“El rebozo es la prenda más fotografiada, un ícono de la nacionalidad mexicana”, explicó Irene Gómez Saldaña, responsable del área de Capacitación de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas.
Al igual que otras prendas, el rebozo tiene símbolos como el color y el entretejido de los hilos, que identifican el origen de las personas dependiendo de la comunidad que los confecciona y emplea, “identifica a la mujer y no sólo sirve para cubrir, sino para cargar, arrullar y hoy tiene diversos usos, hasta podemos decir que es una prenda de uso múltiple y de elegancia”.
La también investigadora y especialista en esta prenda recordó que en el pasado existieron espacios importantes para su producción, como Tenancingo, en el Estado de México, y Uriangato, en Guanajuato, ciudades donde aún funcionan algunos talleres.
“Estos fueron centros importantes que en algún momento se reconocieron como productores de rebozo; pero hoy existen otras zonas como Venustiano Carranza, en Chiapas, donde se elaboran, a pesar de que no son parte de su vestimenta, pero emplean la misma técnica para hacer huipiles”, expuso.
Destacó que si bien no tienen cifras de producción, esta prenda está vigente, toda vez que espacios públicos, como los museos, le han dado apertura, “es un producto admirado más por los extranjeros que por mexicanos y esto se debe a que lo tenemos internamente y vivimos con él de manera cotidiana”.

Algodón, seda, lana, artisela, son algunos de los materiales utilizados para la elaboración de rebozos, dependiendo de la región donde se realizan, porque tienen identidad. Además, dada su naturaleza folklórica, el rebozo es usado a menudo como parte del traje típico de los bailes mexicanos tradicionales.
Por su lado, la artesana Camelia Ramos, propietaria de la tienda de rebozos Xoxopastli, consideró que cuando alguien compra un rebozo compra la esencia, la vida y el corazón del artesano, ya que en los productos plasman sueños, vida, sentimientos y estados de ánimo.
Explicó que en su taller se trabajan dos técnicas de telar, la de cintura y la de pedal, en cuanto a la primera refirió que algunos mantienen la tradición prehispánica, al ser un trabajo más elaborado, un rebozo hecho en telar de cintura puede quedar terminado en lapsos de entre dos y cuatro meses, mientras que uno elaborado en telar de pedal requiere de algunas semanas, dependiendo del diseño y el trabajo requerido para terminarlo.
“En tiempos modernos, el rebozo cobra fuerza, pues no sólo se utiliza para cargar un bebé, sino que se emplea para ir a reuniones, uso cotidiano, oficina, no sólo esa idea de que sirve para cargar la leña o el agua, como se hace en algunas comunidades, sino que en la ciudad es una prenda de uso cotidiano, como accesorio”, expresó la especialista e investigadora de esta prenda.
Irene Gómez Saldaña concluyó que el rebozo tiene un posicionamiento y conocimiento a nivel mundial y personalidades importantes se han dado a la tarea de darlo a conocer, de lucirlo, de portarlo, “esto ha provocado que el rebozo venga y vaya a todos lados, que sea un referente de la mujer mexicana y de México”.