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La madre de todas las nubes

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Cumulonimbus, así se le conoce a la gran nubosidad causante de tormentas severas y hasta tornados


Una simple nube por inofensiva que parezca puede resultar tan peligrosa dependiendo la forma que adquiera, es el caso de la denominada cumulonimbus, que provoca lluvias torrenciales, inundaciones, granizadas, nevadas, tormentas eléctricas y hasta tornados.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), esos fenómenos hidrometeorológicos afectan al país y pueden provocar la pérdida de vidas humanas y daños materiales cuantiosos.
Para que se origine una tormenta es necesario que se formen las nubes cumulonimbus, las cuales se organizan en grandes líneas cuyos componentes están muy cercanos, se pueden extender por varios kilómetros y llegan a ser consideradas como una “línea de tormentas”.
Las nubes de este tipo se caracterizan por tener los desarrollos verticales más notables y alcanzar alturas de hasta 20 kilómetros por las fuertes corrientes de aire ascendente que hay en su interior. Lo que favorece su crecimiento es que el aire contenga mucha humedad, pues de esa forma hay más condensación.
En el fascículo Tormentas Severas, publicado por la Secretaría de Gobernación, el Cenapred refiere que el término precipitación se usa para designar cualquier estado del agua que cae desde las nubes a la tierra y se puede hablar de tres tipos: lluvia, granizo y nieve.
Las nubes, al ascender, se expanden y se enfrían, provocan la condensación del vapor de agua, esto hace que la fuerza de gravedad supere a la fuerza de sustentación de las gotas y el agua caiga, originando las precipitaciones.
Además de la precipitación existen otros fenómenos atmosféricos que suelen acompañar a las tormentas severas, entre los que se encuentran las líneas de chubasco, las ráfagas frontales, los rayos, los truenos, el granizo y los tornados.
El Cenapred explica que las tormentas eléctricas son descargas bruscas de electricidad atmosférica que se manifiestan por un resplandor (rayo) y por un ruido o estruendo (trueno) y pueden estar acompañadas por precipitación en forma de chubascos; pero en ocasiones puede ser nieve, hielo granulado o granizo.
Además, son de carácter local y se reducen casi siempre a sólo unas decenas de kilómetros cuadrados y su ciclo de duración es de una o dos horas.
En tanto, el rayo es una descarga electrostática que resulta de la acumulación de cargas positivas y negativas dentro de una nube de tormenta.
Los efectos van desde herir o causar el deceso de una persona de forma directa o indirecta hasta dañar la infraestructura de la población, que provocaría la suspensión de la energía eléctrica.
En ocasiones, las descargas eléctricas pueden provocar la muerte del ganado y son la causa más común del retraso de las aeronaves y de los accidentes aéreos. En tanto, el granizo es un tipo de precipitación en forma de piedras de hielo y se forma en las tormentas severas cuando las gotas de agua o los copos de nieve formados en las nubes de tipo cumulonimbus son arrastrados por corrientes ascendentes de aire.
Cuando las partículas de granizo se hacen demasiado pesadas para ser sostenidas por las corrientes de aire, caen. El tamaño de las piedras de granizo está entre los cinco milímetros de diámetro hasta alcanzar las dimensiones de una pelota de golf y las mayores pueden ser muy destructivas.
A su vez, un tornado es la perturbación atmosférica más violenta en forma de vórtice, el cual aparece en la base de una nube de tipo cumuliforme, resultado de una gran inestabilidad, provocada por un fuerte descenso de la presión en el centro del fenómeno y fuertes vientos que circulan en forma ciclónica.
El exhorto permanente de las autoridades federales para la población es que tome las medidas de precaución necesarias cuando se presente alguno de estos fenómenos hidrometeorológicos y que se mantenga informada sobre las condiciones del clima.