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Asesinos seriales, fetiches antinaturales

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Al cine llegará la historia de Goyo Cárdenas, el “Chacal de Tacuba”, un homicida que le sirvió al Estado para legitimar el feminicidio


–Mira, esa es la vieja estación de Policía de donde salieron para aprehender a Goyo Cárdenas, el “Chacal de Tacuba”, como lo llamó la prensa de la época. Estuvo encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri y terminó su condena en el Reclusorio Varonil Oriente del DF. Fue un asesino serial, estrangulaba a sus víctimas y las enterraba en el jardín de su casa –dijo José Buil: preparaba la filmación de Los crímenes del Mar del Norte, película en la que aborda los asesinatos de cuatro mujeres a manos de Gregorio Cárdenas Hernández, estudiante de química a quien el criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón diagnosticó con “personalidad neurótica”.
“El monstruo se finge loco”, cabeceó en su momento el diario La Prensa. El “monstruo” asesinó el 15 de agosto de 1942 a María de los Ángeles González; el 23 de agosto a una catorceañera no identificada; el 29 de agosto otra sexoservidora, Rosa Reyes Quiroz, también menor de edad, fue estrangulada por Goyo, y finalizó el 2 de septiembre su racha de asesinatos con Graciela Arias Ávalos, quien estudiaba el bachillerato de Ciencias Químicas en la UNAM: su padre inició la búsqueda y fue así como el criminal, quien se había hospitalizado en un psiquiátrico, fue detenido.
Dragón Films invitó a la premier de Los crímenes del Mar del Norte (el 21 de noviembre de 2017) en una sala ubicada en el World Trade Center, colonia Nápoles. El evento destaca en momentos en que los feminicidios vuelven a los medios de comunicación gracias a las desafortunadas declaraciones del cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez; el también obispo emérito de Guadalajara dijo en días pasados que el aumento de las mujeres asesinadas en México se debe a la imprudencia de las mujeres:
“De parte de la mujer puede haber cuando menos imprudencia. Con cualquiera que sale por ahí bien vestido, se comprometen, se enganchan”. El pastor culpabilizando a su rebaño.
Es el 8 de septiembre de 1976, Goyo Cárdenas fue absuelto por el presidente Luis Echeverría y puesto en libertad. El secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, lo invita a la Cámara de Diputados, como un modelo de los programas de readaptación social. Esto aguzó la curiosidad del cineasta Buil:
–A mí me entró curiosidad, creció cuando fue entrevistado en Televisa por Memo Ochoa, en su programa Hoy, de una forma muy hipócrita: lo presentaba como licenciado recién graduado como abogado en la UNAM, sin pasado.
Busqué en su historia personal: el tipo había asesinado a cuatro mujeres, las enterró en el jardín de su laboratorio y 35 años después era festejado en los medios. Una de las víctimas de Goyo tenía 14 años, pesaba menos de 50 kilos; él medía 1.70 y pesaba más de 80 kilos. Goyo sirvió al Estado para legitimar el feminicidio. En la película, como la realidad suele ser no tan verosímil, trabajas para la ficción. Y con gente joven, que tiene la energía que nosotros vamos perdiendo debido a la edad; ellos traen la energía al set y resulta extraordinario trabajar con las nuevas generaciones.