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Agua, recurso que se agota

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Por Lucilly Zavala La escasez y disponibilidad de agua de calidad que padecen 35 millones de mexicanos es consecuencia de una mala distribución, señaló la organización Agua para Tod@s, Agua para la Vida. La ONG puntualizó que se han secado los mantos acuíferos ante la explotación desmedida y mantienen a 70 por ciento de las […]


Por Lucilly Zavala
La escasez y disponibilidad de agua de calidad que padecen 35 millones de mexicanos es consecuencia de una mala distribución, señaló la organización Agua para Tod@s, Agua para la Vida.
La ONG puntualizó que se han secado los mantos acuíferos ante la explotación desmedida y mantienen a 70 por ciento de las comunidades rurales en crisis hídrica.
En entrevista para CAPITALMEDIA, Natalia Lara Trejo señaló que la escasez en diferentes puntos del país golpea principalmente a las comunidades rurales, que a pesar de contar con el recurso en el subsuelo carecen del suministro, ya que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) extrae el líquido de los mantos más profundos a través de concesiones privadas para su distribución en zonas más urbanizadas o que terminan por abastecer al sector industrial.
“Lo primero es terminar con la política de trasvase de agua, que se extrae de los pueblos originarios para llevarla hacia las grandes urbes; es decir, suministran a unos pero dejan sin agua a otros”, dijo.
Al conmemorarse un año más del Día Mundial del Agua, la Unesco recuerda que en esta situación se encuentran más de 700 millones de personas en el mundo que carecen del acceso al agua potable, situación que se agrava con el acelerado crecimiento de la población, en donde la agricultura, la industria y las ciudades incrementan su demanda, en consecuencia, un gran número de países en desarrollo se sitúan en zonas de estrés por el déficit hídrico.
Los datos recrudecen al detallar que más de mil millones de personas en el mundo utilizan fuentes acuíferas no aptas para el consumo, ocasionando que 80 por ciento de las enfermedades sean consecuencia del agua contaminada, provocando la muerte de 3.4 millones de personas a escala internacional, de acuerdo con cifras del Consejo Consultivo del Agua, asociación civil creada en el 2000.
Para especialistas y organizaciones civiles por la defensa del agua, la segunda gran solución a la crisis hídrica es la sustentabilidad, ya que en su opinión, resulta absurda la mala distribución del agua que se extrae, y más aún, imperdonable que autoridades no cuenten con un plan sustentable que permita compensar los millones de litros que se extraen a diario. Sin embargo, en este tenor, el Gobierno Federal asegura que su política hídrica permitió durante 2016 garantizar el acceso al agua de calidad y saneamiento en poblaciones menos desarrolladas.
“El gobierno construye infraestructura a pesar de que no hay agua y no piensa en la sustentabilidad para respetar y regresar al ciclo del agua de manera natural”, señaló el colectivo.

Datos de Conagua en 2012, revelaron que de los 653 acuíferos en México, 103 se han sobreexplotado, por lo que las organizaciones ambientalistas han insistido en que el órgano regulador debe aplicar una política paralela sustentable que permita compensar el agua que se extrae y reforzar el sistema de captación de agua pluvial para dejar de desecharla al drenaje.
“Debemos dejar de echar el agua limpia que cae del cielo al drenaje”, señaló Enrique Lomitz, representante de la organización “Isla Urbana”.
Dijo que hace 20 años, el agua de los pozos se extraía a una profundidad de 25 metros, actualmente se tienen que perforar hasta 450 metros y en algunas zonas hasta dos kilómetros para obtenerla de los mantos más profundos, maniobras que están provocando hundimientos y socavones de gran magnitud, principalmente en la capital.
“Esto quiere decir que están perforando el subsuelo porque ya no hay líquido, además, está agua por estar estancada en lo más profundo está contaminada por diferentes metales”, explicó Lara Trejo.
La tercera solución, según la organización es incluir la participación ciudadana en el sistema de gestión hídrica, que equilibre las decisiones de Conagua y Sacmex, organismos reguladores que permiten la sobreexplotación del recurso.