El presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, presume y ha presumido su avión personal, un Boeing 757- 2J4 con más de 26 años de antigüedad, aeronave que en México utilizó la línea de bajo costo, Transportes Aéreos Ejecutivos S.A., conocida como TAESA.
Este avión, con número de serie 25155 LN:371, tuvo la matrícula mexicana XA-SPG, contaba con dos motores Rolls Royce (RB211-535E4) y transportaba hasta 228 pasajeros.
El diario británico The Telegraph reveló que también fue operado por la danesa Sterling Airways.
La historia del avión inicia en el estado de Washington, cerca de la ciudad de Seattle, donde se construyó en 1991. De acuerdo con los portales especializados en la industria aeroespacial Planespotters.net y Airfleets, la nave fue comprada por Sterling Airways, que lo dio de baja en julio de 1993 y fue arrendado por TAESA entre septiembre de 1993 y julio de 1994.
Al término del contrato fue rentado por Vulcan Northwest y luego por la filial estadounidense de TAG Aviation; finalmente la empresa DJT Operations lo adquirió en 2010. El presidente y único miembro de esta compañía es el magnate Trump.
Ya en posesión del ahora presidente estadounidense, el Boeing es sometido a una transformación: se redujeron los asientos a 128 y, de acuerdo con la investigación de The Telegraph, se incluyeron chapas de oro en hebillas de seguridad, asientos de piel, una sala de cine e incluso una recámara. Sin embargo, se desconoce el costo de los cambios.
En enero de 2015, la Fuerza Aérea norteamericana anunció que invertiría mil 650 millones de dólares para adquirir un Boeing 747-8 para reemplazar a los dos transportes presidenciales, ambos conocidos como Air Force One.
Sin embargo, un año después, Trump calificó esa acción como un gasto excesivo y ordenó cancelar la operación que, según él, sería por 4 mil millones de dólares. Así que determinó que utilizaría su viejo Boeing 757, el mismo que usó en las campañas republicana y presidencial, el cual modificó pero ya había sido usado por miles de mexicanos, cuando perteneció a TAESA.
Esplendor y ocaso
En los 90, TAESA ofrecía boletos hasta 30 por ciento más baratos que las líneas tradicionales, con lo que pronto captó 10 por ciento del mercado mexicano.
Sin embargo, para lograrlo sometió a los trabajadores a jornadas excesivas, denunció Lizeth Clavel, quien fuera secretaria de comunicación de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación.
En 1993, TAESA tenía dos Boeing 757 similares, uno de ellos fue piloteado por su dueño, Alberto Ángel Abed, para transportar al Papa Juan Pablo Segundo a México, en su tercer viaje al país.
La empresa, que arrastraba deudas, enfrentó el 9 de noviembre de 1999, el desplome del vuelo 725 que cubría la ruta Tijuana-México, sus 18 pasajeros murieron. Siete meses después la compañía fue declarada en quiebra.
Según Ángel Celorio, representante de los trabajadores y quien se encargó de la liquidación de la empresa junto al síndico de Banobras, “cuando intentamos recuperar los activos, no había ni una sola aeronave, todas se vendieron o se regresaron a las arrendadoras; logramos recuperar un par de motores que estaban en sus empaques y con eso liquidamos a los compañeros”.
En 2000, cuando se declaró la quiebra de TAESA, la compañía contaba con 22 aeronaves.